Niños secuestrados por las pantallas

Invitamos a todos los padres y apoderados de nuestra comunidad educativa a darse el tiempo de revisar esta charla orientada a evidenciar el daño que provocan las pantallas y dispositivos tecnológicos en nuestros pequeños cuando uno como adulto pierde la atención de ello y descuidamos los tiempos de exposición.

Esta Charla fue realizada por Carolina Pérez, Educadora de Párvulos - Master en Educación de la Universidad de Harvard.

 

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Columna Diario El Mostrador

Carolina Pérez, Educadora de Párvulos - Master en Educación de la Universidad de Harvard:

Algunos le echarán la culpa a que tenemos mentalidad de colonias, otros a que somos hijos de la dictadura. El tema es que a los chilenos nos cuesta demasiado levantar la voz. Pero los tiempos, al fin están cambiando, es cosa de ver las marchas feministas y la cantidad de nuevos libros para niños donde se relata la vida de activistas que sacaron la cara por los más débiles y oprimidos.

Hoy los oprimidos son nuestros hijos. Ellos están siendo dejados de lado tanto por sus padres como por sus profesores.

Están siendo dejados a la merced de las pantallas para que nos dejen de molestar y nosotros los adultos podamos descansar un rato.

¿Han ido a comer a un restorán últimamente? Es cosa de mirar para el lado y ver las mesas llenas de niños idiotizados mirando pantallas mientras los papás en vez de mirarse a los ojos están revisando su WhatsApp.

¿Y a la salidas de los colegios? Lo mismo, más niños idiotizados mirando las benditas pantallas en vez de conversar, jugar a la pelota o simplemente mirar las hojas de otoño.

Ok, es cosa de leer los diarios y ver las opiniones de “expertos de educación" hablando de que los adolescente se sienten desconectados del mundo sin su celular, entonces, es deber de los profesores adecuar sus clases para darle cabida al dispositivo aquel, total, "todos lo tienen", "esto llegó para quedarse", "el mundo está así" y suma y sigue.

Bueno, en las últimas semanas ha habido dos asaltos con homicidio, por lo que yo podría decir, "esto llegó para quedarse, los robos de ahora en adelante serán con un muerto por casa, no hay nada que hacer, el mundo va para allá”... Estúpido. no?

Lo que se está haciendo es ver cómo endurecer las penas, aumentar los carabineros, cambiar las leyes, etc., etc., ya que no puede ser que tengamos que sacrificar a un miembro de nuestra familia mientras los ladrones se roban una tele.

Entonces, ¿por qué nos dejamos estar cuando nuestros niños están siendo secuestrados por las pantallas y juegos de video? ¿Han visto que ya van 22 atentados a colegios en Estados Unidos o se acuerdan de “la manada” de San Fermín? No se preguntan qué es lo que está pasando en los cerebros y corazones de nuestros jóvenes. ¿O se creen a pies juntillas lo que salió hace un tiempo en la revista Qué Pasa: “Los niños hoy son nativos digitales por lo que ya no pueden pueden poner atención porque sus cerebros han cambiado”?

La respuesta es un rotundo no.

Los cerebros de nuestros hijos no han cambiado prácticamente nada desde la época de las cavernas. Seguimos necesitando de la interacción con el mundo real y con personas que nos quieran para desarrollarnos bien.

Sí, necesitamos de una tribu que nos quiera, nos mire a los ojos, que nos enseñe con el ejemplo.

Y les cuento algo, llevo más de un año investigando el tema, llevo más de un año dando charlas gratuitas para padres y me alegro que, después de un año, la gente empiece a decir: “ Ahhhh, la Carola no estaba tan loca, al parecer tenía razón”.

Me he quemado las pestañas leyendo más de 60 papers y me he leído 6 libros que son furor entre los académicos en Estados Unidos. ¿Por qué me lo he leído todo, para salir en los diarios, para que me entrevisten en las noticias? No, lo hago por mis hijos y por los tuyos, y también por tus vecinos.

Quiero niños libres, que disfruten de las plazas y de sus clases del colegio. Quiero niños que les brillen los ojos y que les brillen sus neuronas dentro de sus cerebros.

Porque cuando leí, y sigo leyendo, toda la evidencia científica que existe, lo que uno ve es aterrador.

La evidencia habla que la dopamina, neurotransmisor del placer, que en dosis altísimas (provocada por la interacción a las pantallas y a los videojuegos) causa daño cerebral, especialmente en la ínsula, que es la encargada de la compasión y empatía. Ahí uno entiende por qué los adolescentes hacen cyberbulliyng, ahí uno entiende la cero compasión de los españoles al violar a una mujer entre 5, ahí uno entiende por qué los niños se quedan dormidos en clases, tienen problema de concentración, están teniendo tics faciales, están bajando las notas y lo más terrible, están modificando sus cerebros de una manera nunca antes vista.

¿Muy talibán lo que estoy diciendo? Bueno, lea esto mismo en 5 años más y le prometo que va a ser un candy al lado de toda la investigación que va a ver.

Hace 50 años los doctores “demostraban científicamente” que los cigarros no provocaban nada malo al cuerpo. Hoy los “expertos en educación” dicen que las aplicaciones para aprender letras para niños de 3 años son lo más buenas que hay.

La pregunta es ¿quiere “experimentar” con el cerebro de su hijo? Yo me niego.

Pero para eso hay que leer, empoderarse, dar razones con fundamento. Y con mucho orgullo puedo decir que fui la primera mamá y educadora que sacó este tema en Chile y me alegro que ahora, por moda o por convicción, se unan otros.

Esta batalla recién comienza y hay mucha gente del mundo de la tecnología que esto les va a cargar, obvio, les estoy fregando el negocio, pero esto lo hago por un bien mayor. Lo hago por tus hijos. Y por los míos.

Fuente: El Mostrador

 

 

 

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